Ya no es sólo que facturar las maletas pueda llegar a ser obligatorio (por ejemplo, si se quiere llevar una botella de vino de regalo y hay un vuelo con escala; daría igual comprarla en el duty free), ya no es sólo la incomodidad, ya no es sólo la sensación de ser sospechoso. Es que ahora se va a poner todo más divertido. En realidad, los terroristas sólo quieren que coger un avión sea un puto coñazo. ¿Ven como van ganando?
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