La corrupción está bien arraigada en nuestro sistema político, y sus tóxicos efectos sobre la vida pública parecen estar alcanzando níveles alarmantes. Los líderes de algunos partidos están utilizando vacíos legales y ambigüedades para sortear nuestra legislación electoral y los principios éticos que prohibirían que cualquier candidato corrupto presentarse a las elecciones. ¡Levantemos...
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