En 1992, Europa se desangraba por los Balcanes. La antigua Yugoslavia se desintegraba por culpa de una guerra entre vecinos. Han transcurrido 20 años de aquello y en la plantilla del Real Madrid se comprueba cómo el deporte puede servir para cerrar heridas del pasado. El serbio Novica Velickovic, el croata Ante Tomic, el montenegrino de nacimiento Nikola Mirotic y el bosnio nacionalizado esloveno Mirza Begic conviven en armonía en el mismo vestuario. "Somos una pequeña ex Yugoslavia en la pintura", resume el último.
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