Cuando César llegó al refugio con su familia, su esposa rompió en llanto y abrazó a una mujer que casualmente encontró allí. Acababan de ingresar a Ecuador con su hijo y su única propiedad era la ropa que llevaban consigo. Terminaban una travesía de dos días por la selva amazónica en la frontera entre Colombia y Ecuador. La noche del 24 de mayo un grupo criminal, que se identificó como un comando paramilitar colombiano, tocó las puertas de la casa de César. Lo buscaban para matarlo. Pero ni él ni su hijo estaban y los agresores dejaron
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