La movilidad, concentración y aspecto de los espermatozoides no siempre bastan para determinar la fertilidad masculina. Los daños en el ADN del esperma también cuentan y pueden condicionar el éxito de una gestación. Un biochip, diseñado por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), permite ahora localizar los genes alterados en los espermatozoides y predecir con mayor exactitud la capacidad de concebir de un varón con problemas de fertilidad.
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