La canción de arriba trata de un viejo côtier que habla con su agotado caballo. En el siglo XIX y a principios del XX, los hombres con caballos de refuerzo (chevaux de renfort) se situaban al pie de las cuestas empinadas para ayudar a los carros de caballos y carretas a subir la colina. Estos côtiers solían ofrecer sus servicios a los cocheros de las líneas de ómnibus. Muchos de los conductores no se preocupaban por el bienestar de los animales. Eran brutales con sus caballos, que quedaban así reducidos a máquinas vivas.
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