El viento del Oeste sopla sobre Centroamérica con fuerza mágica, y nos abrasa el aliento del Dragón colosal. Bien podemos decir que la estrella roja de la gran marcha brilla con fulgores de progreso en nuestro cielo. En este pequeño istmo que Neruda llamó la garganta pastoril de América, tendremos pronto al menos tres canales interoceánicos, uno acuático y otros dos secos, financiados y construidos todos por compañías privadas o estatales de la República Popular China.
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