"Sr. Director, soy fiscal; déjeme que les eche una mano a los compañeros. El corporativismo de los jueces es mentira y, además, sería la enfermedad infantil de un descafeinado asociacionismo y un sucedáneo de la rigurosa disciplina de voto de los políticos. Las comparaciones son odiosas, pero veamos. Si hablamos de dinero, sabemos lo que nos cuestan, sabemos que hasta el último político provinciano tiene coche oficial, le paga los cafés el constructor de turno o viaja por esos mundos."
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