Sr. Gallardón, vengo a confesarle algo: voy a abortar. Soy una joven de veintidós años, recién licenciada, que se ha quedado embarazada. Créeme que esto no estaba entre mis planes, quizá sea un designio divino de esos que ustedes legitiman fanáticamente. Voy a abortar por su culpa y por la de toda su santa estirpe. Sí, es por vosotros y ahora les explicaré porqué