María Isabel Hernández, Marisa, vivía en su mundo. Uno que sólo ella conocía y al que nadie podía acceder. Ni siquiera sus cuatro hermanos o sus padres, con quienes vivía en San Juan de la Rambla, un pequeño municipio al norte de Tenerife. Cuando tenía cinco años, Marisa cayó desde un muro mientras jugaba con un amigo. Nunca volvió a ser la misma.
|
etiquetas: sucesos , canarias