Aclarada la cuestión mayor, es decir, que esta propuesta de cobro, poco original, equivale a reclamar el descubrimiento de la pólvora y que está abocada a morir, antes incluso de nacer, me gustaría entrar en lo que –realmente- me preocupa de esta polémica. Y no es otra cosa que el bajo nivel de educación y sensibilidad ambiental existentes entre muchos de nuestros dirigentes y representantes públicos, tan dados a la ocurrencia fácil e inconsistente cuando recorren un camino que ignoran y les resulta extraño.
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