Activistas pro-derechos humanos han acusado a Coca-Cola de dar apoyo al dictador de Suazilandia, Mswati III. La compañía de la chispa de la vida ha instalado una fábrica en Suazilandia , un reino empobrecido gobernado por el último monarca absoluto de África. Además, la multinacional de bebidas más famosa del mundo ha invitado al dictador a la sede de Coca-Cola en Atlanta (EEUU). La noticia ha caído como un jarro de agua fría a los activistas políticos de Swazilandia, que acusan al monarca de abusos contra los derechos humanos y de ser el caus
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