En el último presupuesto de Nueva York, aprobado a principios de mayo, los demócratas, que controlan el Capitolio estatal, adoptaron dos propuestas para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y luchar contra el cambio climático. La prohibición de estufas y calderas de gas en edificios de nueva construcción ha puesto en pie de guerra a los republicanos, que consideran que esta medida atenta contra la libertad de elección y sobre todo contra los intereses del sector.