Da la casualidad de que lo que creemos que nos hace diferentes, lo que pensamos que es más guay y más molón, lo único que hace es volvernos idénticos al resto. Somos una gran masa de posturitas que van a festivales de música, comen en sitios delicatessen y van a cines donde no proyectan nada comercial. ¿Y de verdad creemos que somos distintos? Lo que somos es más bien imbéciles. Y por eso acabaremos con nosotros y con nuestras relaciones basadas en el engaño.
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