Lo que mató a la democracia fueron las mentiras constantes al electorado por parte de políticos cuya única forma de ganar un cargo es representar los intereses de los más ricos al mismo tiempo que prometen representar los intereses del electorado - "y ¡que gane el mejor mentiroso! "- es un concurso de mentiras. Cuando la democracia degenera en esto se convierte en una dictadura por parte de los más ricos, las personas que pueden financiar a los más mentirosos.