Tras confirmarse la colosalmente pútrida - y, por desgracia, legal - realidad del satánico Juan Luis Steegmann Olmedillas, los voxeros con su feo rostro, ahíto de hormigón armada, se sacan de la mangoleta, cual nigérrimos hechiceros, raudo y sandío comunicado. Todo sintetizándose en las tres últimas líneas. Patético rebuzno el comunicado, el finisterre del mismo es de traca: admiten TODA LA GRANDIOSA PODREDUMBRE de lo que algunos llevamos denunciando solitariamente, desde hace año y medio, del aciago Mengele de Vox.
|
etiquetas: steegmann , vox , corrupción