La mayor parte del trayecto pasaba por áreas cubiertas por espesos bosques y cruzar ríos profundos, bordear lagos y adentrarse en terrenos pantanosos plagados de mosquitos y alimañas, inundados o de hielo perpetuo. La parte más dura de la obra fue el tendido alrededor del lago Baikal, que obligó a dinamitar montañas, horadar túneles y levantar complejas estructuras sobre los ríos que desembocan en él.
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