Las enormes deficiencias del sistema residencial se han destapado crueles durante esta pandemia. La de Monzalbarba se hizo en terreno inundable, en Utebo no tienen internet y en Movera hay más plantas cerradas que abiertas. Durante el primer estado de alarma, según el Chusticia d'Aragón, hubo descoordinación, improvisación y hasta un alcalde y sus concejales trabajando en un centro por falta de personal. Ha tenido que llegar una pandemia para destapar la miríada de heridas que supuran en el sistema residencial español.
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