Menos trabajo, menos dinero y, en consecuencia, más preocupaciones. La crisis económica afecta a la salud, y mucho. Los médicos han percibido un incremento de las patologías relacionadas con el estado de ánimo de los ciudadanos, como los dolores estomacales, los problemas dermatológicos o de caída de pelo o los casos de disfunción eréctil. «Cuando uno no puede afrontar los trastornos de ansiedad, de depresión o estrés se pueden desencadenar afecciones de este tipo», explica la psicóloga Vanesa Cereza.
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