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Un crucero para Mark Twain

A nadie se le había ocurrido antes: conseguir un barco, armar un itinerario, poner una tarifa y subir a muchas personas arriba. En el barco van a comer y dormir, bajarán a tierra detrás de un guía que los va a llevar a recorrer paisajes y monumentos, van a comprar suvenires y otra vez al barco. Así todos los días, durante muchos días... Algunos incautos se acercan a preguntar y descubren que era una publicidad falsa: la historia del turismo organizado y su exponente mayor, el crucero, empieza con un engaño publicitario.

| etiquetas: turismo , publicidad , literatura

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