En pocos días dejaré el periodismo, al menos temporalmente, tras más de 30 años de profesión. La bochornosa guerra informativa contra China se ha llevado buenas dosis de mi ilusión por este oficio, que hasta ahora había sobrevivido a no pocos conflictos y otras lindezas. (...) No hay lugar para profundizar en las claves históricas, sociales o culturales. Todo lo que hace China debe ser por definición negativo. La manipulación informativa es flagrante, con decenas de ejemplos a diario.
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