La encerraron, no tenía llaves del piso y si quería salir tenía que pedir permiso al detenido, cosa que no le permitieron hacer ninguno de los cinco días en que estuvo en el domicilio. Ni siquiera podía salir a comprar comida, y se tenía que conformar con lo que le daban. La mujer demostró a la policía parte de lo que explicaba con audios y mensajes de whatsapp en que explicaba su situación.
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