Como ya sabemos, las crías de flamenco, al salir del cascarón, son de color blanco o gris y adquieren más tarde su característico tono rosado. Efectivamente, el color rosa de los flamencos se lo proporcionan los carotenoides presentes en las algas y pequeños crustáceos que forman parte de su dieta. Estos pigmentos, en lugar de llegar al estómago de los animales, se introducen en su corriente sanguínea desde donde alcanzan las plumas.
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