Sweet Cakes y Fleur Cakes son dos pastelerías que, en febrero y abril, se negaron a ofrecer pasteles de boda a parejas de mujeres, citando sus creencias religiosas como motivo. Sin embargo, al preguntarles un reportero encubierto, las aceptaron cocinar para celebrar divorcios y nacimientos fuera de matrimoio, y Sweet Cakes además aceptó cocinarlos para festejos paganos del solsticio, una barbacoa no-kosher y para celebrar una beca de investigación con células madre. Los dos negocios declararon molestarse porque "se les tendiera una trampa".