Empleados mayoritariamente como herramienta militar, con las mejoras técnicas y abaratamiento, han ido evolucionando hacia usos lúdicos y por fin la Ciencia está sacando también partido de ellos. De hecho, poseen su propia nomenclatura en los círculos científicos; UAV, Unmanned aerial vehicle (vehículo aéreo no tripulado), ha sustituido a dron. Suponen una vía eficiente para ayudar a investigar en los polos, el vulcanismo o la biología salvaje, entre otros. Allá donde el ser humano no puede llegar o donde corre peligro, mejor mandar un dron.
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