No me gusta escribir sobre mí. Creo que no aporta nada. Tampoco me apasiona contar mi vida y, creedme, no es plato de buen gusto estar en la mierda y que tanta gente se entere. Pero creo que debo hacerlo. Esta columna la lee bastante gente y puede servir para consolar a alguien que lo esá pasando mal
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