¿Se puede levantar un escandalo tremendo por lo que no dice un cuadro? Sí, si eres Manet. Veamos qué problema hubo con "El invernadero" (1879). Cuando este cuadro se expuso por primera vez en Berlín, se armó un monumental escándalo: muchos en la ciudad consideraron la obra escandalosamente erótica e inmoral, y las crónicas cuentan que la mismísima emperatriz alemana se ruborizó nada más contemplarla. El follón llegó hasta tal punto que su esposo, el emperador Guillermo II, cambió la normativa de la Galería Nacional en cuanto a las donaciones
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