Cuando las mujeres finlandesas se quedan embarazadas, saben que no necesitarán comprar los primeros pañales y ropa, ni el saquito de dormir ni tampoco una cuna para cuando su bebé nazca. Aparte de que en el norte de Europa se ve como un signo de mal augurio comprar bodys antes de que el bebé salga del útero y respire por si solo, el Estado finés envía por correo postal una caja de cartón con los cachivaches necesarios para las primeras semanas de vida de la criatura. En el fondo de la caja, hay un colchón.
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