Redouane Ahrouch es conductor de autobús, chiíta y concejal por un barrio de Bruselas. También alguien que fue condenado en 2003 a seis meses de prisión por golpear a su esposa según el diario 'La Dernière Heure'. Y un político que hoy cree que esta segregación por sexos en el transporte público es una buena medida. Ahrouch lleva años aspirando a llevar su fe a la primera línea de la política del país centroeuropeo. Ahora muestra un tono más matizado, pero en el pasado abogó por la introducción de la pena de muerte, señala la cadena RTBF.
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