Un hombre cuenta la experiencia de enseñar su casa en venta: "Me presentaron a sus padres, los consuegros, una pareja de amigos, la hermana (con su novio), la abuela, cuñados, tíos... Reconozco que a partir de ahí desconecté, pero sé que estuve saludando familiares y amigos un buen rato más hasta que decidí que lo mejor era abandonar la puerta e ir a atender a la pareja, y como no era cuestión de cerrar la puerta en las narices de nadie, la dejé abierta, un poco asustado al ver que todavía seguía llegando gente".
|
etiquetas: vivienda , venta , humor , portae , publicidad