Un niño de siete años ha sorprendido a la medicina. Había perdido la corteza visual del cerebro, lo que suponía que debía haberse quedado ciego. Sin embargo, el chico puede ver lo suficientemente bien como para reconocer rostros y moverse con soltura. La historia la han contado esta semana los investigadores del Instituto de Medicina Regenerativa de Australia en la Universidad de Monash durante una conferencia de neurociencia en Sydney. |
Textos, en español, vía y relacionadas en #1