Armstrong, Aldrin y Collins partieron de la Luna hace 50 años, pero uno de los experimentos que dejaron atrás sigue devolviendo nuevos datos hasta el día de hoy: conjuntos de prismas que reflejan la luz hacia su fuente, proporcionando abundantes conocimientos. La longevidad del experimento puede atribuirse, al menos en parte, a su simplicidad: Las matrices en sí no requieren energía. Cuatro telescopios en observatorios de Nuevo México, Francia, Italia y Alemania les disparan láseres, midiendo el tiempo que tarda un pulso en volver.
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