“Clavo una punta en el balín y le pongo un poco de algodón que impregno del producto (veneno para garrapatas) y disparo contra el nido. Este se clava y ellas mismas esparcen el producto venenoso por toda la colmea”. Con este invento, las personas que se encargan de retirar o neutralizar los nidos de este peligroso insecto ya pueden estar más tranquilas a la hora de realizar su trabajo, ya que con este artilugio se puede inyectar el veneno a distancia sin poner en peligro sus vidas.
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