En el Reino Unido a partir de ahora, pero sin carácter retroactivo, cualquier persona engendrada (2.000 jóvenes) gracias a esperma u óvulos donados (7.000 donantes) podrá tener acceso a la identidad de los donantes, esto es, sus progenitores biológicos. La nueva ley tiene sus pros y sus contras: se teme que el fin del anonimato lleve a parejas necesitadas de esperma u óvulos fértiles y que deseen el anonimato de estos a buscar clínicas ilegales o viajar al extranjero. El Reino Unido necesita cada año 500 donantes de esperma y 1.500 de óvulos.