Por muchas vueltas que le demos, la decencia no es siempre una conquista deliberada del hombre, sino el resultado de una circunstancia propicia. Si en una situación desesperada un hambriento se contiene de robar para comer, yo creo que en vez de ser un santo irreprochable, es un perfecto idiota. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que los ricos son buena gente sólo porque no roban? ¿Serían tan buena gente si la pobreza los pusiese en la disyuntiva de robar en la panadería para mitigar el hambre?
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