Un beso de guerra, es decir, apasionado, en medio de un montón de gente y de ruido, y sabiendo que quizá sea la última vez. Son algunas de las 100 fotos de la Colección particular de Agustí Centelles.Copias de los negativos originales que el fotoperiodista guardó en la buhardilla de una casa en Carcassonnne (Francia) hasta que murió Franco y supo que nadie impediría que salieran a la luz
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