«Hace tiempo que las gaviotas se han adaptado a vivir en el entorno urbano, lo que ocasiona numerosas molestias, tanto a la ciudadanía como a hosteleros: ruidos, suciedad, averías en tejados y bajantes de aguas, o constantes ataques a las terrazas hosteleras para hacerse con un bocado de comida que, en el mejor de los casos, se saldan con destrozos de vajilla», ha apuntado Pumariega, según una nota de prensa del PP.