Tom Bob (de quien ya hablamos aquí) se niega a vivir sin más en el mundo. Necesita darle su toque. Se dedica a crear ingenioso arte callejero en objetos cotidianos del paisaje urbano, personalizando de forma perfecta ese ambiente aburrido. Puede convertir una cañería en un oso hormiguero, o una boca de riego en la princesa Leia, ¡hace de todo! Normalmente, Tom Bob opera en Nueva York, pero a veces desata su creatividad en otros sitios, entre los que se encuentran Kaohsiung (en Taiwán) o Dubai (Emiratos Árabes).
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