El Ministerio del Interior iraquí ha gastado decenas de millones de dólares en varillas de zahorí, disfrazadas de alta tecnología, para detectar bombas. La máquina en cuestión, llamada ADE 651, consiste en una empuñadura y una varilla, carece de batería u otra fuente de energía, se carga al caminar el operador y, si hay explosivos cerca, la varilla apuntará a ellos. El detector prodigioso, valorado entre 16.500 y 60.000 dólares, funciona según los mismos principios que la ouija.
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