El espantapájaros americano ha resultado útil a generaciones enteras de nacionalistas cubanos. Les ha venido muy bien para ilustrar sus fracasos, al mismo tiempo que ha echado lecha al fuego de un diferendo inútil entre nuestras dos naciones. Pero esto no es todo, el esperpento sirvió igualmente a los gobiernos españoles para excusar ante la opinión pública y la historia, el fracaso de sus políticas coloniales, supeditadas a los intereses comerciales de la burguesía catalana
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