La industria de la automoción australiana al completo y decenas de miles de empleos se enfrentan a la incertidumbre ante la decisión de Holden de clausurar sus actividades. Casi 3.000 trabajadores de Holden perderán su empleo a lo largo de los próximos 4 años, conforme el legendario fabricante procede a clausurar sus operaciones en Australia. La decisión ha llevado a Toyota, el único fabricante en Australia además de Holden, a alertar de la "presión sin precedentes" que esto representa para su propia capacidad de producción.