los 21 años Ibn Battuta abandonó su casa natal en Tánger, en Marruecos, con el propósito de cumplir con uno de los cinco mandamientos de la fe musulmana, la peregrinación a La Meca, y ya de paso ampliar sus estudios jurídicos en Egipto y Siria. «Me decidí, pues, en la resolución de abandonar a mis amigas y amigos y me alejé de la patria como los pájaros dejan el nido», escribiría más tarde. No volvió hasta después de cumplir los 45 años, y sólo para partir de nuevo a otros dos viajes, por al-Andalus y el sur del Sáhara
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