Esta segunda vía imperial se describía en el itinerario de Astorga a Aquitania por Pamplona y unió hace más de dos milenios Briviesca con la entonces Veleia, actual Vitoria. Cabe destacar que de esta calzada nadie había encontrado nunca vestigios físicos que confirmaran su existencia, clave para referenciarla con el debido rigor histórico, pero Moreno sí lo ha logrado. El investigador señala que se encuentra muy destruida y que fue clave para su localización entre Briviesca y Pancorbo el mapa de Manuel Echanove, constructor de la actual N-1.
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