Pese a tratarse de un delito tipificado, tras los escándalos judiciales de EGUNKARIA, DEIA y EL JUEVES, parece haberse multiplicado el número críticas a la corona, amparadas en la dificultad técnica para contener la libertad de expresión a través de Internet. Y para muestra, un botón: sin caer en el mal gusto, el autor pone el dedo en la llaga en varios de los asuntos que más preocupan al sucesor de Franco: su ilegitimidad de origen y la opacidad que rodea su patrimonio personal. ¡VIVA LA REPÚBLICA!