Una de las verdades absolutas del ser humano. No se puede gustar a todo el mundo. La única manera de sobrevivir a la sociedad que a veces nos asfixia, es tener este término claro y presente a diario. Se debe aprender a neutralizar los efectos de los juicios continuos del entorno, ya sean negativos o positivos. Ambos dos, afectan de distinta manera. El filósofo Arthur Schopenhauer, ya hablaba de "la triste esclavitud de estar sometidos a la opinión ajena".
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