#4 Los actuales conocimientos en neurología y psiquiatría descartaron la transexualidad como enfermedad mental oficialmente desde el 2013, estableciéndolo así en los modernos manuales de diagnóstico, donde únicamente se incluye el malestar por vivir con esa condición, y no la condición en sí (como también hicieron con la homosexualidad en manuales anteriores, añadiendo el malestar psicológico por ser homosexual en una sociedad donde no son aceptados, y no por ser homosexuales en sí mismo).

Este estudio nada tiene que ver con problemas mentales, ya que lo descubierto son diferencias sexuales en las estructuras y funcionamiento cerebrales, no dimensiones psicopatológicas como podría ser el neuroticismo y la psicosis. Es decir, que tener un cerebro de un sexo o de otro no es en ningún caso una enfermedad.

La plasticidad del cerebro se malinterpreta enormemente. Esta plasticidad implica, por ejemplo, cambios neuronales a nivel de aprendizaje y memoria, como ocurre con los taxistas, los cuales tienen un hipocampo (memoria) más desarrollado. Es lógico que el cerebro se moldee con las nuevas experiencias, sino nunca aprenderíamos nada. Pero en ningún caso esto implica cambios estructurales a nivel sexual, ya que estos se establecen prenatalmente y son para toda la vida. La medicina lo ha puesto a prueba innumerables veces, cambiando el sexo de niños que al nacer tenían problemas o perdían el pene, sin lograr nunca que se acomodasen a la identidad que se les imponía desde el nacimiento, ni aunque les hormonasen.

P.D.: Han descubierto la existencia de cuatro endofenotipos cerebrales, es decir, cuatro patrones sexuales diferenciados en los cuatro tipos de individuos estudiados (hombre y mujer trans + hombre y mujer no-trans). Esto confirma lo que en muchos otros estudios se ha comprobado (#3)