La propuesta exigiría rodear las estructuras de la central con tuberías verticales con una profundidad de entre 20 y 40 metros y una separación de un metro entre una y otra. A través de las tuberías circularía refrigerante, donde se formaría un muro de hielo que abarcaría 1400 metros que tendría como objetivo mantener aislada el agua contaminada de su interior. El Gobierno prevé mantener el suelo congelado durante seis años a partir de julio de 2015.
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