La creciente e injustificada violencia ejercida por las fuerzas del orden, especialmente en los últimos días, no parece ser atajada por los responsables políticos... pero si incentivada. Los heridos, los mutilados, los casos de extrema brutalidad se repiten sin que los responsables sean siquiera expuestos a la más mínima reprobación. Sobre todo lo malo que trae consigo la crisis, la máquina del despropósito ya está en marcha, que produzca las primeras muertes ya es solo cuestión de tiempo.
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