Por eso hablo del invierno de la política española, porque algo muy profundo se ha roto y me da que para siempre. Pero a la vez hay que hablar de la primavera de la política catalana. Ya nada será igual. Ya hay mucho catalán medio que ve posible un nuevo estatus que no se quede circunscrito a un pacto fiscal, y hay mucho europeo que sabe que a pesar de las presiones de los amigos de Margallo y de las boutades de éste, una Catalunya europea es posible. Y en eso están y en eso estamos.
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