La policía deberá trabar duro: más respeto a los ciudadanos aunque sean negros, árabes, turcos o blancos pobres; acabar con el abuso de autoridad, de casos como el de Mark Duggan o el brasileño Jean Charles De Menezes. Y debería cambiar el sistema. Pero eso es algo más complejo porque el sistema dejó de cotizar en las urnas y pasó a hacerlo en los mercados. Por Ramón Lobo.
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